Julio, 2014
Universal: El deporte.
Para que la práctica del deporte sea siempre ocasión de fraternidad y crecimiento humano.
El deporte ha sido una práctica tan antigua como los mismos inicios de la civilización. En la actualidad el deporte no solamente significa una competencia o actividad en la que uno ejercita el cuerpo o demuestra destrezas personales; tampoco se reduce a un simple juego. El deporte representa un espacio de convivencia y fraternidad donde el espíritu recoge muchos frutos. Las facultades de reír, gritar, pensar, incluso enojarse y llorar, representan una dinámica en la que difícilmente puede hablarse de soledad, pues se trata más bien de crecimiento y encuentro con uno mismo y con los demás, en el que además experimentamos la presencia del Autor del mundo y la vida.
Por la evangelización: Los misioneros laicos.
Para que el Espíritu Santo sostenga el servicio de los laicos que anuncian el Evangelio en los países más pobres.
Al transformarse muchas estructuras de nuestra Iglesia en el Concilio Vaticano ii, se hizo más inclusiva la participación evangelizadora de los laicos y se ha permitido que más hombres y mujeres desarrollen su vocación. En diversos lugares del mundo, incluidas las Misiones, los laicos promueven una evangelización más participativa desde diferentes carismas y profesiones. Ellos desempeñan un papel fundamental en la construcción del Reino, aportan su persona, conocimientos y fe para cumplir el mandamiento de Dios mediante su testimonio y sus actos de amor y solidaridad. Pidamos la bendición de Dios y la fuerza del Espíritu para que laicos, sacerdotes y religiosos continuemos la obra redentora de Jesucristo.
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